Funcionarios: mueren 3 en ataque cerca de base en Afganistán

Fuerzas de seguridad afganas en el lugar donde se produjo un ataque suicida el lunes cerca de la base aérea de Bagram, al norte de Kabul, Afganistán, el martes 9 de abril de 2019. (AP Foto/Rahmat Gul)

Un suicida detonó un vehículo cargado de explosivos cerca de una base de las fuerzas especiales de la policía en el este de Afganistán el martes, provocando una balacera con agentes que estuvo seguida por un segundo atentado suicida, una acción coordinada en la que murieron tres personas, dijeron funcionarios afganos. Cuatro insurgentes fallecieron en el enfrentamiento.

Al hospital se trasladaron por el momento tres cadáveres y alrededor de 30 heridos, incluyendo civiles y militares, dijo Habib Shah Ansari, director de Salud de Khost.

El ataque se produce mientras el gobierno afgano sigue combatiendo a los insurgentes talibanes, a pesar de las conversaciones de paz que celebran por primera vez ambos bandos en Qatar. También coincide con la publicación de un reporte de Naciones Unidas que muestra un descenso en el número de víctimas civiles con respecto al año pasado.

Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría de los ataques.

Un vehículo cargado de explosivos estalló cerca de una base de las fuerzas especiales de la policía a primera hora, explicó el vocero del Ministerio del Interio, Tariq Aran. Por el momento, las fuerzas afganas han abatido a cuatro atacantes y siguen combatiendo contra otros dos que aún resisten, agregó.

Según Aran, la balacera que sigue en marcha podría aumentar el número de víctimas.

Por su parte, la misión de la ONU en Afganistán, UNAMA, presentó su informe para el tercer trimestre del año, que muestra un descenso del 30% en el número de víctimas civiles frente al mismo periodo de 2019.

Aunque recordó que “el conflicto en Afganistán sigue siendo uno de los más letales del mundo para los civiles”, la ONU señaló que los primeros nueve meses del año arrojaron el número más bajo de víctimas civiles desde 2012.

El informe documentó 5.939 víctimas civiles, de las cuales 2.117 fallecieron y 3.822 resultaron heridas, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre. La reducción se debe principalmente a que los ataques suicidas de los insurgentes causaron menos víctimas y a un drástico descenso en los ataques aéreos de las fuerzas internacionales desde marzo, lo que resultó en muchas menos víctimas civiles atribuidas a los talibanes.

En el periodo comprendido entre el 12 de septiembre — el inicio de las negociaciones de paz entre el gobierno de Kabul y los talibanes — al 30 de septiembre, no bajó el número de víctimas civiles documentadas causadas por los bandos implicados en el diálogo con respecto a las semanas anteriores, agregó el reporte.

“Las conversaciones de paz necesitarán un tiempo para ayudar a lograr la paz. Pero las partes pueden priorizar de forma inmediata las discusiones y tomar pasos adicionales urgentes, que llevan un franco retraso, para frenar el terrible daño a los civiles”, aseguró Deborah Lyons, representante especial del secretario general para Afganistán.

Según el informe, más de cuatro de cada 10 fallecidos civiles eran mujeres o niños.

Los insurgentes siguen siendo los responsables de la mayoría de las víctimas civiles, agregó la ONU. La cifra general de víctimas civiles atribuidas a los talibanes bajó un 32% debido principalmente a la reducción en el número de heridos en ataques suicidas y terrestres.

Las fuerzas de seguridad afganas causaron el 23% de todas las víctimas civiles, un dato similar al registrado en los nueve primeros meses de 2019.

Los incidentes se produjeron en medio de un repunte de los ataques. Afganistán afirmó el domingo que mató a un importante propagandista de Al Qaeda, que figuraba en una lista de más buscados del FBI, durante una operación en el este del país, demostrando que los grupos insurgentes siguen presentes allí mientras las fuerzas de Estados Unidos trabajan para retirarse de la guerra más larga librada nunca por su país en medio de un continuo derramamiento de sangre.

La supuesta muerte de Husam Abd al-Rauf, también conocido por su nombre de guerra Abu Muhsin al-Masri, se produce tras semanas de violencia, incluyendo un ataque suicida perpetrado por el grupo extremista Estado Islámico contra un centro educativo de Kabul que mató a 24 personas el sábado.

Con información de AP


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